Vivimos en un mundo donde la tecnología reina suprema. Y hay un dispositivo que estamos mirando constantemente, ya que está conectado a nuestras manos: el teléfono inteligente. Desde el momento en que nos despertamos hasta que nos acostamos, es casi imposible evitar nuestros teléfonos.
Lamentablemente, nuestros teléfonos se han convertido en un gran dolor de cabeza.