La digestión es la piedra angular de nuestra salud en general. Afecta nuestros niveles de energía, nuestra capacidad para absorber nutrientes y nuestra capacidad para tolerar los alimentos. Podemos mirar el cuidado de nuestro sistema digestivo como si estuviéramos cuidando un automóvil. Si no ponemos el combustible adecuado y el motor no funciona correctamente, puede producirse una avería. Las malas elecciones alimenticias, la falta de consumo de agua y un estilo de vida agitado y acelerado pueden dejarnos con estreñimiento, hinchazón y problemas estomacales. Existe evidencia científica de que muchas enfermedades comienzan con una digestión y eliminación insuficientes.
La práctica de yoga activa nuestro sistema parasimpático que ayuda a controlar nuestro estrés y es responsable de toda la función digestiva y de relajación.
El yoga también beneficia a nuestro sistema digestivo con posturas de torsión, inversiones y pliegues hacia adelante. Estas posturas masajean nuestros órganos digestivos y aumentan el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno. También promueven el peristaltismo, lo que permite un mayor movimiento de productos de desecho a través de nuestro tracto digestivo.
- Posturas como giro de oración girado, triángulo girado y estocada de media luna girada estimulan los órganos aplicando una presión suave, aumentando la circulación, avivando nuestro fuego digestivo interno y creando el movimiento de energía.
- El arco del suelo y la postura de la langosta estimulan el vientre y el intestino grueso.
- Los giros sentados hacen fluir la energía del cuerpo y ayudan a liberar bloqueos.
- La pose de liberación de viento, que hace precisamente eso, también masajea el colon ascendente. Para entrar en esa postura, acuéstese boca arriba y lleve la rodilla hacia el hombro con la pierna opuesta extendida, luego cambie de lado.
- La postura del niño y la malasana (una sentadilla con las piernas abiertas) abren el área pélvica y las caderas al permitir que la gravedad cree espacio y relajación.
Practicar yoga todos los días es beneficioso para un tracto digestivo fuerte y saludable, especialmente cuando te sientes lento y bloqueado. Independientemente de las posturas que intente, recuerde respirar con calma y profundamente y no se salte la postura de descanso final de savasana. Una mente y un cuerpo en paz contribuyen en gran medida a aliviar las enfermedades de la digestión.