Nuestra mente ocupada es una trampa que nos desconecta de la realidad. Quedamos "atrapados" en nuestras cabezas. A menudo escucho que este fenómeno se llama "mente de mono", lo que significa que, literalmente, nos balanceamos de un pensamiento al siguiente como un mono que se balancea de rama en rama. Entonces, ¿cómo detenemos esta indulgencia de la insensatez y calmamos nuestros pensamientos incesantes? Por supuesto, nunca podemos dejar de pensar, pero tenemos el poder del cerebro para reducir el ritmo conectándonos con nuestra respiración, observando nuestros pensamientos y manteniéndonos arraigados en el momento presente.
Estar presente significa notar lo que realmente está sucediendo en el momento en lugar de aferrarnos a la historia que creamos a su alrededor. Una excelente manera de hacer esto cuando se siente abrumado es imaginar que está viendo cómo surgen, flotan y desaparecen sus pensamientos como si fueran copos brillantes en una bola de nieve de Navidad, cayendo, arremolinándose y finalmente asentándose en el fondo. Con esta práctica de atención plena, descansamos nuestra conciencia en el surgimiento y la caída de nuestros pensamientos como una forma de ver más claramente y ser más conscientes de lo que sucede dentro de nosotros y a nuestro alrededor en el mundo. Podemos notar si nuestra mente se aferra de alguna manera a algo. Podemos buscar sensaciones en el cuerpo, un sentimiento de impaciencia o ganas de estar haciendo algo diferente como forma de identificar a dónde nos aferramos.
Cuando me doy cuenta de que no presto atención a lo que estoy pensando y cómo estoy respondiendo, siento que estoy en un mundo diferente, desconectado de mi núcleo y dirigiéndome a la ansiedad. Ser consciente es estar atento a nuestra mentalidad, emociones y comportamientos y darnos cuenta de cómo nos hace sentir por dentro. Descansar nuestras mentes en la conciencia natural es lo contrario de cómo vivimos la mayoría de nosotros. A menudo nos vemos atrapados en el drama y la reacción o simplemente nos desconectamos en piloto automático.
Si podemos ver nuestros pensamientos y reconocerlos, podemos dejarlos ir para relajarnos más en la conciencia tranquila de "ser" en lugar de la rueda de hámster inconsciente de "¡hacer, hacer, hacer!"
Por Julie Bertagna ; Todos los derechos reservados @2019