Al ofrecer soluciones flexibles que se adaptan al estilo de vida de cualquier persona, el yoga se puede dividir en dos tipos principales: hatha yoga y ashtanga yoga. En comparación con el yin y el yang, estos dos estilos de yoga son tan similares como diferentes. El hatha yoga es un enfoque concentrado que enfatiza profundamente cada pose individual, mientras que el ashtanga yoga es una secuencia de poses mucho más rápida que se enfoca tanto en las transiciones como en las poses mismas. Sin embargo, ambos continúan ofreciendo ventajas enormemente beneficiosas para aquellos que adoptan y practican yoga de forma rutinaria.
El hatha yoga se ocupa de moldear el cuerpo en posturas profundas y estirar sus límites. Haciendo hincapié en la forma perfecta y períodos de tiempo prolongados explorando los aspectos únicos de una sola postura, el hatha yoga es el mejor camino hacia la flexibilidad y promueve un entrenamiento central excepcional. Tonificar el cuerpo para poder mantener de forma cómoda y constante algunas de las posturas de yoga más avanzadas requiere una constitución sólida, pero la práctica de hatha yoga siempre debe ir acompañada de una meditación estudiada.
Una de las mayores ventajas del hatha yoga es la cantidad de tiempo que permite para la autorreflexión y los ejercicios mentales junto con los estiramientos lentos pero metódicos. Perderse dentro de la propia psique, revisar recuerdos antiguos y resolver problemas potenciales es fácil de lograr mientras el cuerpo se distrae en una asana dichosa. Esta contemplación enfocada, cuando se hace correctamente, contribuye mucho a un estado mental equilibrado del ser.
Ashtanga yoga, por el contrario, se ocupa de movimientos rápidos y acciones repetitivas. Por lo general, siguiendo secuencias predeterminadas que trabajan la mayor parte del cuerpo, el ashtanga yoga fomenta transiciones suaves entre posturas que exhiben una cantidad impresionante de control y precisión. Ofreciendo un entrenamiento básico decente, la verdadera ventaja de practicar ashtanga yoga es su capacidad para proporcionar un ejercicio cardiovascular adecuado. El movimiento rápido demostrado por una secuencia de ashtanga estimula todo el cuerpo, mejorando la circulación y fortaleciendo los pulmones.
Durante una rutina de ashtanga, es maravillosamente fácil para la conciencia humana enfocarse solo en el momento. Al mantener el cuerpo en un estado de flujo constante cambiando sin esfuerzo de una postura a otra, la mente comienza a pensar solo en el estado físico actual, abandonando todas las ilusiones de miedo y arrepentimiento. Dejar que el cuerpo se mueva placenteramente elimina la preocupación ansiosa al infundir confianza en el practicante. Ashtanga yoga se llama “power yoga” en algunos estudios y la premisa es generalmente la misma.
Sea cual sea tu estilo de yoga preferido, practica con regularidad. Complementar su vida con una exploración yóguica enriquecedora y habitual lo ayudará a alcanzar sus objetivos de acondicionamiento físico y fomentará comportamientos saludables que durarán toda la vida. Hatha yoga es prácticamente un masaje completo para todo el cuerpo que puede mantenerte luciendo y sintiéndote joven. Ashtanga yoga, o power yoga, ayuda a moldear su cuerpo en un espécimen de perfección humana. Cualquiera de estos enfoques cambiará la calidad de vida que experimenta y combinarlos en rutinas complejas que afectan a todo su cuerpo no es imposible.
por Dakotah; Todos los derechos reservados @2014