Con todo lo que está sucediendo en nuestro mundo en este momento, considerando que tenemos un techo sobre nuestra cabeza, comida y calor, parece natural decir: "Tengo mucho por lo que estar agradecido, así que no me puedo quejar". Lo hare yo mismo. Es muy parecido a un bypass espiritual; “Pase lo que pase, sigo respirando”.
Si no permitimos que nuestros verdaderos sentimientos y heridas salgan a la superficie porque nos dicen que lo tenemos bien, ¿cómo es esto honrar nuestra verdad? Cuando no procesamos las emociones alejándolas, reprimiéndolas o negando su existencia, creamos estrés y enfermedades en nuestros cuerpos. Con el tiempo, la falta de voluntad para experimentar nuestros propios sentimientos conduce al entumecimiento.