Cuando experimentamos todo lo que se nos presenta, todas las alegrías y los dolores de la vida, tenemos una opción: albergar o liberar. El fluir de la vida nos muestra que nada dura para siempre y podemos elegir entrar en la corriente del bienestar o resistir. Un corazón despierto es aquel que está enriquecido y suavizado por las experiencias, no endurecido.
2020 dejó más claro que nunca que todos debemos ser responsables de nuestro propio bienestar y sanación interior, nuestra capacidad de ser compasivos y nuestra capacidad de amar.
Despertar a nuestro mundo interior nos invita a hacer un inventario de nuestros pensamientos y emociones que surgen cuando son desafiados. Cuando identificamos lo que incita al dolor cuando estamos activados, podemos comenzar a abrir y despertar nuestros corazones. En lugar de “liberar todo lo que no te sirve” o la “energía negativa”, considera la sabiduría espiritual que el miedo y la adversidad llevan más allá de lo que se presenta en la superficie. Todo tiene su propósito y el propósito de todas las cosas es expandirse y crecer. Podemos darnos permiso para tomar refugio para sanar y darnos tiempo para aceptar lo que se siente imposible. Podemos hacer del amor nuestra estrella polar.
Qué reconfortante saber que el dolor de una experiencia en particular, o la confusión sobre un conjunto de circunstancias, se volverán comprensibles con el paso del tiempo. Todas las experiencias juegan su parte. Hay seguridad en saber que nuestros viajes son necesarios y correctos para nosotros .
Si nuestras luchas son realmente invitaciones de nuestra alma para expandirnos hacia una conciencia superior, ¿cuál es la invitación? ¿Qué verdad superior e incondicional pide ser activada dentro de ti?
Podemos usar el amor para guiar nuestros pensamientos y acciones, y elegir nuestras palabras para reflejar las cualidades de nuestros corazones. El amor trae compasión, lo que lleva a la comprensión y abre la puerta al perdón y la paz. Nuestro amor puede enriquecer la vida de todos. Un mundo amoroso y pacífico con un corazón despierto es posible si realmente lo queremos. Vivir con un corazón despierto es darnos cuenta de que lo más valioso que podemos compartir es nuestra disposición a cuidar, compartir amor y perdonar. Cuando perdonamos, dejamos nuestras cargas de miedo, dolor e ira y le damos la bienvenida al amor que nos limpia para llenarnos por completo. Una vez que hacemos eso, podemos despertar nuestros corazones para amar incondicionalmente.